6 Consejos para los Jóvenes

Tu interior siempre habla con lo que en verdad eres.

Nadie tenga en poco tu juventud

“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.” 
1 Timoteo 4:12

 La juventud es una de las etapas más trascendentales de la vida, donde se elige el camino por recorrer, se disfrutan los triunfos y se padecen fracasos, que tienen un efecto en la vida. Por tal razón, el Apóstol Pablo, en su primera Carta al joven Timoteo, describe 6 consejos que pueden ser de provecho para que esta etapa sea dedicada para preparar la adultez y desarrollar los sueños que Dios tiene para nuestra vida:

Nadie te opaque: (Evita que te desprecien por ser joven)
1 Timoteo 4:12. 
Habrá personas más populares y atractivos físicamente, pero recuerda que el mundo le da prioridad a la belleza exterior, como mejor atributo del ser humano; pero tu interior habla de lo que en verdad eres. La belleza exterior es cumplir con los estándares del mundo (altura, maquillaje, peso, entre otras); sin embargo, la belleza interior es lograr estándares eternos, que permanecen en el recuerdo de las personas y sobre todo, aunque no lo parezca, el mundo admira.

Refleja a Cristo: (Debes ser un ejemplo para los creyentes en tu modo de hablar y portarte, y en amor, fe y pureza de vida) 
1 Timoteo 4:12. 
Recuerda quien eres y a quién representas en este mundo. Entre más cerca de Jesucristo se este, más reflejarás su imagen. Somos sus representantes, sus embajadores. Piensa, analiza tus caminos y busca parecerte a Cristo todos los días. Esto es lo que causa un mayor impacto en los que nos rodean.

Ocupa tu Tiempo: (Mientras llego, dedícate a leer en público las Escrituras, a animar a los hermanos y a instruirlos.) 
1 Timoteo 4:13. 
Alguien dijo una vez: “Una mente desocupada es taller del enemigo” y es una verdad grande. No dejes que parásitos tomen control de tu vida, porque cada día, absorberán lo mejor de ti y se adueñarán de tus pensamientos, luego de tus actos y posteriormente te convertirán en lo que ellos quieren.




Ocúpate de lo importante, la vida te da 24 horas y debes aprovecharlas para tu crecimiento mental y sobre todo, espiritual. ¡Lee la Biblia!, ¡Ora! Haz que la gente disfrute tu compañía y tus palabras. Que tus conversaciones estén llenas de sabiduría y no de basura. Recuerda que la gente le gusta escuchar a los que tiene algo para decir.

Utiliza tus talentos: (No descuides los dones que tienes y que Dios te concedió cuando, por inspiración profética, los ancianos de la iglesia te impusieron las manos.) 
1 Timoteo 4:14. 
Dios te entregó talentos para que los desarrolles. La garantía del triunfo no está en el talento, está en la forma que utilices esas habilidades. Si haces algo bien, conviértelo en excelente. Cotiza tus talentos y úsalos con un objetivo. Dios te apoyará, si lograr encauzar tus dones al propósito que fijó para tu vida.

Cuida tus sentidos: (Ten cuidado de ti mismo y de lo que enseñas a otros, y sigue firme en todo.) 
1 Timoteo 4:16. 
No te guíes por lo que sientes. Oirás muchas voces que te dirán que debes hacer (tu propia voz, la voz de los demás, y la voz de Satanás y la voz de Dios), no debes confundirte y siempre escucha a Dios. Para tomar decisiones no te bases en tu emoción o sentimiento. Siéntate, reflexiona, pide consejo. No te guíes por el corazón, consulta a Cristo. Ordena tus prioridades y condúcete con fe.

Desarrolla tu Carácter: (Pon tu cuidado y tu atención en estas cosas, para que todos puedan ver cómo adelantas.) 
1 Timoteo 4:15. 
A esta edad fracasarás algunas veces, pero debes seguir adelante. Tendrás éxito, pero no pienses que has alcanzado el tope. Los tropiezos, los errores, las alegrías, los castigos son oportunidades de Dios para moldear tu carácter y que seas fuerte para cumplir su propósito. De cómo salgas de cada una de las situaciones, dependerá hasta donde Dios te llevará.

Lee y analiza si estos consejos puedan servirte para este momento. La juventud es una etapa de sembrar para el futuro. Dios tiene su mirada en ti, sólo demuestra tu dependencia a Él.

Dios cuida de ti


Tomado de Susurro del Cielo, por José Vicente Pérez Cubias

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