Ora y da gracias

La última reunión del año en la iglesia, se habló de ser agradecidos. El tener un corazón agradecido, hace que podamos enfocarnos en las cosas que podemos agradecer, en cada pequeña cosa que hace un todo mejor. Como por ejemplo, este día, si estás leyendo esto, puedes tomar unos segundos para agradecerle a Dios por cada cosa buena que te ha permitido vivir hoy.

dar gracias a Dios siempre

Dar gracias a Dios es muy importante. Esto no ayuda a poder escuchar la voz de Dios porque, como la alabanza y la adoración, agradecer es algo a lo que Dios responde. Es algo que Dios ama, algo que alegra Su corazón. En cualquier momento que le damos gusto a Dios de esta manera, nuestra intimidad con Él se incrementa, y esto hace que tengamos una mejor relación con Él.



Si no somos agradecidos por lo que vivimos y tenemos, ¿porqué debería darnos algo más por lo cual murmurar? Por otra parte, cuando Dios ve que valoramos de manera genuina y somos agradecidos por las grandes y pequeñas cosas, Él tiende a bendecirnos aún más. Según Filipenses 4:6, todo lo que le pidamos a Dios debe estar precedido y acompañado por acción de gracias. No importa por lo que oremos, la acción de gracias debe ir siempre de la mano con esto. Un buen hábito para desarrollar es comenzar todas nuestras oraciones con acción de gracias. Un ejemplo de esto podría ser: "Gracias Padre por todo lo que has hecho en mi vida. Eres maravilloso y de verdad te amo y agradezco".

Te motivo a que examines tu vida, pon especial atención a tus pensamientos y palabras positivos de gratitud o negativos, fíjate en cada acción de gracias expresada.

Si quieres un reto, sólo intenta pasar un día entero sin decir una sola palabra de queja. Desarrolla una actitud de agradecimiento en toda situación. De hecho, simplemente se agradecido de manera extravagante y observa cómo tu intimidad con Dios se incrementa, te aseguro que Él derramará bendiciones en tu vida mucho más grandes.

Hoy utiliza palabras de agradecimiento, no de queja.

Cuando Daniel se enteró de la publicación del decreto, se fue a su casa y subió a su dormitorio, cuyas ventanas se abrían en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios, pues tenía por costumbre orar tres veces al día.
Daniel 6:10


Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5:16-18


Del libro "Hearing from God Each Morning" de Joyce Meyer.

Entradas que pueden interesarte