Suave y Sensible

Hay personas que una vez formada una idea es imposible que cambien de opinión, sin importar los argumentos que presentemos, es como si uno hablara con una pared. Si bien hay opiniones que pueden y siempre van a ser distintas o diversas, la verdad es una sola y Dios desea que la podamos conocer y aceptar.

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En el Ezequiel 36:26, Dios promete reemplazar corazones de piedra por corazones de carne. ("pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Quitaré de ustedes ese corazón duro como la piedra y les pondré un corazón dócil.") En otras palabras, Él puede transformar una persona de corazón duro en una persona bondadosa, una persona sensible.


Cuando entregamos nuestras vidas a Dios, Él pone un sentido de lo bueno y lo malo en nuestra conciencia. Pero si nos rebelamos contra nuestra conciencia muchas veces, podemos volvernos insensibles. Si eso pasa, necesitamos dejar que Dios ablande nuestros corazones para poder ser sensibles espiritualmente al liderazgo del Espíritu Santo.

Yo era muy insensible antes de empezar a tener una comunión real con DiosEstar en Su presencia con frecuencia ablandó mi corazón y me hizo mucho más sensible a Su voz. Sin un corazón sensible al toque de Dios, no reconoceríamos muchas veces que Él nos está hablando. Él habla amablemente, en la quietud, como un murmullo, o con una convicción amable acerca de la situación.

Una persona de corazón duro está en peligro de hacer daño a otras personas sin siquiera ser consciente de que lo hace, y esto aflige el corazón de Dios. Aquellos que son de corazón duro y que están ocupados "haciendo sus cosas" no serán sensibles a la voluntad de Dios ni a Su voz. Dios quiere ablandar nuestros corazones con Su Palabra, porque un corazón endurecido no puede oír Su voz o recibir las muchas bendiciones que Él anhela darnos.
Manten tu corazón blando y sensible a la voz de Dios.

Yo les daré un corazón íntegro, y pondré en ellos un espíritu renovado. Les arrancaré el corazón de piedra que ahora tienen, y pondré en ellos un corazón de carne.
Ezequiel 11:19 (NVI)


Porción del libro "Hearing form God Each Morning" de Joyce Meyer.

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