Amigos de Jesús

Hay muchas clases de amigos, estás los amigos que te escuchan, los amigos que te hablan y vos los escuchás, los amigos que están en los momentos justos para abrazarte y ayudarte, los amigos con los que te divertís sin importar el lugar, los amigos aventureros, que te llevan y animan a hacer cosas que no esperabas, los amigos consejeros que siempre tienen una palabra para darte...Seguramente recordaste a varias personas que tienen varias de las diferentes descripciones anteriores.

Cuando pensás en un amigo al que querés mucho, qué características recordás? por qué sigue siendo tu amigo?

Ayer en la reunión de la iglesia, se dijo algo que me dejó pensando.

Sin lugar a dudas, sabemos que Jesús es el mejor amigo que podemos llegar a tener, verdad? Sabemos que Él nos amó primero, que dio su vida por ese infinito y gran amor que nos tiene, que hace milagros por nosotros, que nos cuida, nunca nos deja solos, que siempre está esperando con los brazos abiertos nuestra llegada...Y tantas características más, cierto?

La pregunta que hicieron ayer fue: "qué clase de amigo eres de Jesús?"


En ese momento, comencé a pensar lo que hago en un día normal. Al despertarme le agradezco a Dios por un nuevo día, por un nuevo despertar y al instante ya le pido que me ayude, que me cuide y guarde de todo mal al igual que a mi familia, etc etc... y volví a preguntarme, "¿qué clase de amiga soy?"

Lo que quiero decir es que, si uno dice que es amigo de Jesús, como buen amigo comenzamos saludando, puedo preguntarle cómo se encuentra, le comento mis planes, como confío en Él puedo contarle mis inquietudes y luego?.... Un buen amigo no saca la lista de deseos y peticiones apenas lo ve, como si fuera una tienda en la que se hace un encargo.

Cuidemos nuestro tiempo devocional con Dios, tomemos un tiempo de calidad cada día, sembremos en lo que realmente importa. Seamos amigos de Jesús.

Que el Señor los lleve a amar como Dios ama, y a perseverar como Cristo perseveró. 2 Tesalonicenses 3:5