La clásica: Coloca la bufanda alrededor de tu cuello con los extremos colgando al frente. Esta es una forma sencilla pero elegante de usar la bufanda.
La trenzada: Dobla la bufanda por la mitad, colócala alrededor de tu cuello y pasa los extremos a través del bucle. Luego, toma uno de los extremos y pásalo por encima y por debajo del otro extremo hasta que se forme una trenza. Ajusta la trenza para que quede bien y lucirás con mucho estilo.
La suelta: Coloca la bufanda alrededor de tu cuello con los extremos colgando hacia atrás. Este estilo es ideal para aquellos días en que no hace tanto frío, pero aún así quieres agregar un toque de estilo a tu atuendo.
La francesa: Dobla la bufanda en forma de triángulo, colócala alrededor de tu cuello con la punta del triángulo hacia abajo y ata los extremos detrás de tu cuello. Este estilo es elegante y se adapta bien a abrigos y chaquetas.
La capucha: Dobla la bufanda por la mitad y colócala alrededor de tu cuello con los extremos colgando hacia adelante. Luego, toma los extremos y pásalos por encima de tu cabeza, formando una especie de capucha. Este estilo es perfecto para los días fríos y ventosos.
La corbata: Dobla la bufanda por la mitad y colócala alrededor de tu cuello con los extremos colgando hacia adelante. Luego, ata los extremos en un nudo, como si estuvieras haciendo una corbata. Este estilo es perfecto para aquellos que quieren agregar un toque elegante a su atuendo.
Recuerda que no tienes que limitarte a estas opciones, ¡Usa tu creatividad y experimenta con diferentes estilos para encontrar el que más te guste y represente!
Veamos algunos ejemplos paso a paso:
Mira estos videos que aparecen a continuación, y aprenderás a colocarte tu bufanda en maneras novedosas.
Hay Muchos Tipos de Bufandas
Tejidas: pueden ser tejidas al crochet, en telar o con palillos/dos agujas, en variantes caladas o bien cerradas.
De Tela tramada: son ideales para primavera y otoño para mantenernos cálida sin perder el estilo, pero no resultan muy calientes para un invierno fuerte.
De seda: pueden conservarnos abrigadas en invierno y darnos un look casual en verano, pero necesitan mayor cuidado.
De verano: aunque parezca increíble, también pueden usarse como parte de tu vestimenta y no para alejarte del frío; desde luego que son muy ligeras para que no tengamos que pasar calor.
Chalinas: técnicamente no son bufandas, sin embargo su función y parecido son muy similares; son de menor longitud y mayor anchura. Podemos lucirlas con vestidos de noche.
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