EN TODO TIEMPO

"¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!Alaben a Dios en su santuario,    alábenlo en su poderoso firmamento.Alábenlo por sus proezas,    alábenlo por su inmensa grandeza.Alábenlo con sonido de trompeta,    alábenlo con el arpa y la lira.Alábenlo con panderos y danzas,    alábenlo con cuerdas y flautas.Alábenlo con címbalos sonoros,    alábenlo con címbalos resonantes.¡Que todo lo que respira alabe al Señor!¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!"Salmos 150

Bendeciré a Jehová
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La alabanza se origina en un corazón lleno de amor hacia Dios. Deuteronomio 6:5 dice, “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.”
Si amamos a Dios es porque ¡Él nos amó primero! Y sin el amor de Dios, cualquier alabanza que puedas ofrecerle es hueca. El amor, nacido de una relación con Dios a través de Jesucristo, es una parte esencial de tu alabanza.

En todo tiempo tenemos que alabar a Dios. El Salmo 113:3 dice: “Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el nombre de Jehová.” El Salmo 34:1 instruye, “Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.”

¡En cualquier lugar! A veces alabamos a Dios interiormente como en el Salmo 9:2, “Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo.” En otras ocasiones tenemos la oportunidad de dar gloria y alabanza a nuestro Dios públicamente. El Salmo 22:22 dice, “Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la congregación te alabaré.” “Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de tu pueblo.” Salmos 22:3



ADORAR es reconocer a Dios por lo que Él es. Para adorar tenemos que conocerlo y es importante pasar un tiempo especial de intimidad con Dios, a solas con Él cada día.

ALABAR es reconocer a Dios por lo que hace por nosotros. Es un acto de gratitud, por su amor, su fidelidad, por brindarnos su ayuda cada día, por su protección, por proveernos todo lo que necesitamos, y sobre todo por amarnos tanto como para entregar a su único hijo, salvarnos de la muerte y darnos vida eterna. Es una expresión externa de nuestro corazón agradecido.
Podemos alabar a Dios por mostrar su bondad cada día de nuestras vidas. Adorar a Dios tiene que ser nuestro estilo de vida.

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