Que triste es ver que las mujeres jóvenes que no se respetan. A veces la causa es que no lo aprendieron de niñas y no conocen otra forma de manejarse en la vida. Otras veces, la razón es vivir en una sociedad en la cual, cada vez más, se impone un estilo de vida donde el respeto y el amor propio de las mujeres no existen.
Quiero contarte un secreto, si vos no te respetas, nadie te va a respetar.
"Yo soy el Señor su Dios, así que santifíquense y manténganse santos, porque yo soy santo." Levítico 11:44
Dios nos anima a ser santas y guardar nuestros cuerpos como templo del Espíritu Santo que somos. Ser santas significa que somos "apartadas", "separadas", "elegidas" por Dios para algo mejor, para Su propósito divino. Sabiendo esto, no podemos vivir como viven los demás, somos especiales, debemos creerlo y actuar como tales.
Este llamado a la vida santa se basa en el hecho de que Dios mismo es santo. Porque Dios es santo, exige que nosotras también seamos santas. La santidad consiste en la conformidad de nuestro carácter con el carácter de Dios. El carácter de Dios debe ser nuestro modelo a seguir.
“Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.”
1 Pedro 1:14–16
Cuando la Biblia habla del hombre que en verdad es feliz, dice: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” Mateo 5:8. Esta felicidad consiste en tener el privilegio de tener una relación con Dios, de vivir "caminando" con Él. Todos deseamos un final feliz, pero no todos lo lograrán. Sin santidad “nadie verá al Señor” Hebreos 12:14
“Dios es el ser más feliz del universo; y la verdadera razón es que Él es el ser más santo en el universo. Es perfectamente feliz porque es perfectamente santo. Los hombres no pueden participar de la felicidad de Dios a menos que vengan a ser partícipes de su santidad. Dios mismo no puede hacer que un ser como el hombre sea verdadera y permanentemente feliz de ningún otro modo que haciéndole santo” John Brown
Como hija de Dios, quiero animarte a tomar consciencia de tus pensamientos y acciones; teniendo en cuenta que no sólo afectan a los demás, sino a vos misma. Porque de seguro una niña está observándote y va a copiarte en tus acciones y maneras de pensar, sea bueno o sea malo. Y también, te va a afectar a vos misma, porque de la manera en que te veas y conduzcas, así te van a ver y tratar los que te rodeen.