UN VIAJE FELIZ

La felicidad no es un punto de llegada, sino un viaje

Aprender a disfrutar del viaje
El viaje también se debe disfrutar
Un tallador de madera estaba sentado en el portal de su casa, sorbiendo una limonada y disfrutando de la vista de una tarde de primavera. Alrededor de él, en el portal, tenía su variedad de creaciones. Un amigo del artesano que pasaba se detuvo para visitarlo y se sorprendió de verlo descansando.

-Es solo la una y treinta de la tarde –observó -, un poco temprano para descanso, ¿no?

El artesano tomó un poco de limonada y bostezó.
-No es un descanso –dijo- , ya terminé por hoy.

Su amigo, un joven experto ejecutivo, estaba desconcertado:
-¿Qué quieres decir? Es muy temprano para parar, ¡necesitas producir más! Si tallas más figuras, ganarás más dinero. Podrías contratar un asistente para que te ayude con el negocio. Podrías comprar nuevas herramientas, podrías comprar una tienda y no tendrías que trabajar aquí en tu casa.

-¿Por qué querría hacer todo eso? –preguntó el tallador.

-¡Para hacer más dinero! –gritó su amigo.

-¿Y qué haría con tanto dinero extra?

-¡Disfrutar de la vida, por supuesto!

El artesano bebió otro poco de limonada, se recostó en su silla y cerró los ojos. Antes de echarse a dormir una siesta, murmuró:
-¿Qué crees que estoy haciendo?

Wow!! Muchas veces me pierdo de disfrutar el día a día de las cosas, pienso cuando tenga esto o aquello, cuando alcance esto entonces haré lo otro y seré feliz... Dios desea que seamos felices alcancemos o no la meta, el transitar trae cosas buenas y malas, que nos ayudan a crecer, y depende de nosotros aprender de cada una de ellas. Debemos tomar lo bueno y apreciar cada momento, porque el tiempo no para y la vida es un viaje para disfrutar.

Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora;
porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.
Hebreos 13:5


Tomado del Libro Devocionario de Dios

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