Haciendo una breve recapitulación de una prédica de Joyce Meyer, donde habló del pasaje de Hechos 10:38, habló del paso de Jesús en la tierra, donde en cada lugar donde estuvo se la pasó haciendo el bien. En la reflexión Joyce dijo "Eso es lo que tenemos que hacer. Dondequiera que vayamos todos los días, tenemos que ser una bendición para la gente."
Dios es un Dios de justicia. Él hace endereza todas las cosas torcidas. Y por amor a Él y todo lo hace por nosotros, como agradecimiento, es nuestro deber hacer todo lo que podamos por lograr eso también.
¿Estás lleno de la Palabra como para poder dar amor del amor de Dios como si fueras Él en la tierra? ¿Estás haciendo bien, pero por las razones correctas? Los motivos son importantes. Tenemos que hacer el bien por obediencia a Dios, y no sólo porque somos amigos de la persona a quien ayudamos.
En Mateo 6: 1-7, dice que no hay que hacer las cosas sólo para ser visto.
Haz lo que la dirección de Dios te muestre, deja que Él sea quien te guíe en tu diario andar. No pierdas tu tiempo pensando en que eres una gran persona porque hiciste esto o aquello. No pienses en ti mismo. Dios te recompensará por lo que hagas a los demás, sin mirar a quien, sabiendo que estás siendo un reflejo de Su luz en la tierra.
Cuando te levantes por la mañana, lee la Palabra, llenate de la presencia de Dios, y piensa cómo podes bendecir a la gente con la que te cruces en este día. Creo que estamos hechos para amar, y más si conocemos el verdadero amor.
Tómate el tiempo para notar la necesidad de alguien y luego bendícelo como Jesús lo haría. Preparate para bendecir a los demás.
Animate a ser un instrumento del amor de Dios.
