Al leer una porción de un libro de meditaciones diarias, no he podido dejar de pensar en cómo somos las personas, somos humanos. A pesar de lo comprometidos y arraigados a Dios que pretendamos ser, siempre nos va a faltar la perfección de Jesús a la que día a día debemos tratar de alcanzar. Sin lugar a dudas, nuestra meta es ser lo más parecidos a Jesús, pero mientras estemos en la tierra vamos a equivocarnos, vamos a fallar.
No deseo ser pesimista, trato de traer luz a cada situación en la que fuimos afectados por otras personas, amigos, líderes, pastores... son todas personas que amamos y por alguna razón nos desilusionaron, defraudaron y lastimaron en algún momento de nuestra vida.
Muchas veces hemos confiado en personas por error y nos han defraudado porque nos han fallado. Quizá nos engañaron y por eso nos cueste mucho reconocer que debemos aprender a perdonar. Debemos entender que Dios es el único que no falla, que no nos dejará y que estará con nosotros por toda una eternidad.
Después de haber pasado por varias situaciones, me he dado cuenta lo importante que es seguir a Cristo y no a las personas. Muchos amigos se han apartado por este tipo de situaciones, cuando Dios no tiene nada que ver.Muchas veces hemos confiado en personas por error y nos han defraudado porque nos han fallado. Quizá nos engañaron y por eso nos cueste mucho reconocer que debemos aprender a perdonar. Debemos entender que Dios es el único que no falla, que no nos dejará y que estará con nosotros por toda una eternidad.
Yo he ofendido y desilusionado a otros con mis actitudes, con mis reacciones, aún sin saberlo. También he tenido que pasar por el trago amargo de perdonar de corazón a quien me ha fallado, de orar por esa persona que destruyó mi vida y mis ilusiones, por obediencia. La Biblia habla de raíz de amargura por falta de perdón, por rencor. En Hebreos 12:15 dice:"Procuren que a nadie le falte la gracia de Dios, a fin de que ninguno sea como una planta de raíz amarga que hace daño y envenena a la gente." Cuando no perdonamos, podemos dañar a otros.
Todas las situaciones y dificultades que Dios permite a lo largo de nuestra vida son para nuestro bien, para conocerlo más, para que aprendamos a confiar en Él, para moldear nuestro carácter y hacernos más parecidos a Jesús. Sin duda, agunas veces nos costará lágrimas y mucho dolor, sin embargo, los planes de Dios son perfectos y para nuestro bien.
Hoy no permitas que tu vida sea amargada y triste, perdona. Confía en Dios y Él te sacará adelante porque esa es su promesa. Procura hoy ser cada vez más como él, el Espíritu Santo desea guiarte por el mejor camino.
"Entonces tendrás tanto el favor de Dios como el de la gente, y lograrás una buena reputación. Confía en el Señor con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar." Proverbios 3:4-6