Plenitud en la vida

Las vacaciones que más disfruto no son aquellas en las que puedo recostarme y descansar todo el día, no. Mis mejores vacaciones son aquellas en las que puedo contemplar la basta naturaleza, conocer lugares de asombrosos paisajes, lugares en los que sólo puedo admirar a Dios como creador.
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¿Cuándo fue la última vez que viste un atardecer? ¿Recuerdas la primera vez que miraste las montañas o el océano?

En general, nos detenemos y miramos las cosas que nos asombran. Dios es un artista que siempre nos está mostrando algo extraordinario acerca de quien es Él y lo que hace.

Dios quiere que lo conozcamos aún más de lo que queremos conocerle. La naturaleza es una forma como Dios declara Su gloria. Él también nos habla a través de la Biblia y de otras personas que siguen a Jesús.



Hay mucho que aprender acerca de Dios. Él nos ayuda a saber cómo vivir una buena vida, cómo tratar a los demás, cómo amar a nuestros cónyuges y familia, cómo lidiar con el conflicto, etc. Es asombroso saber que el Dios que creó el universo es el mismo que quiere que cada uno de nosotros experimente gozo y plenitud en la vida. Y es asombroso que Él comparta estas cosas con nosotros en la Biblia.

Animate a conocer cada día algo nuevo de Dios. Si no leemos la Biblia ni aprendemos de otros cristianos, nos perdemos las cosas que Dios quiere que conozcamos acerca de Él y de la vida.

¿Qué es lo que te ha dejado admirado en este día? ¿Qué preguntas tienes acerca de Dios? ¿A quién puedes pedirle ayuda para encontrar respuestas?

Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos.  Un día transmite al otro la noticia, una noche a la otra comparte su saber.  Sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible,  por toda la tierra resuena su eco, ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo! Dios ha plantado en los cielos un pabellón para el sol.  Y este, como novio que sale de la cámara nupcial, se apresta, cual atleta, a recorrer el camino.  Sale de un extremo de los cielos y, en su recorrido, llega al otro extremo, sin que nada se libre de su calor.  La ley del  Señor es perfecta: infunde nuevo aliento . El mandato del Señor es digno de confianza: da sabiduría al sencillo .  Los preceptos del Señor son rectos: traen alegría al corazón . El mandamiento del Señor es claro: da luz a los ojos.  El temor del Señor es puro: permanece para siempre. Las sentencias del Señor son verdaderas: todas ellas son justas.  Son más deseables que el oro, más que mucho oro refinado; son más dulces que la miel, la miel que destila del panal.  Por ellas queda advertido tu siervo; quien las obedece recibe una gran recompensa.  ¿Quién está consciente de sus propios errores? ¡Perdóname aquellos de los que no estoy consciente!  Libra, además, a tu siervo de pecar a sabiendas; no permitas que tales pecados me dominen. Así estaré libre de culpa y de multiplicar mis pecados.  Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor , roca mía y redentor mío.
Salmos 19:1‭-‬14 NVI

A ti, Señor , elevo mi clamor desde las profundidades del abismo.  Escucha, Señor, mi voz. Estén atentos tus oídos a mi voz suplicante.  Si tú, Señor , tomaras en cuenta los pecados, ¿quién, Señor, sería declarado inocente?  Pero en ti se halla perdón, y por eso debes ser temido.  Espero al Señor , lo espero con toda el alma ; en su palabra he puesto mi esperanza.  Espero al Señor con toda el alma, más que los centinelas la mañana. Como esperan los centinelas la mañana,  así tú, Israel, espera al Señor . Porque en él hay amor inagotable; en él hay plena redención.  Él mismo redimirá a Israel de todos sus pecados.
Salmos 130:1‭-‬8 NVI


Porción tomada de "La Salvación Rise"

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