Al comenzar a leer el libro "Una mujer conforme al corazón de Jesús", de Elizabeth George, me encontré con una porción que vale la pena compartir...
Cuando oyes el nombre Jesús, ¿cuál es el primer pensamiento que viene a tu mente? La palabra que siempre viene a la mía es perfecto.
Jesús es el hombre que vivió una vida perfecta, que tuvo una conducta perfecta, que fue perfecto respecto al pecado y a la vez perfectamente humano. En seguida, viene a mi mente el pensamiento de este hombre perfecto como el modelo perfecto, el ejemplo perfecto, el poseedor del carácter perfecto y la persona perfecta a quien puedo seguir en mi búsqueda de la madurez espiritual. Y eso me infunde esperanza.
Durante meses he disfrutado inmensamente el estudio detenido de cientos de pasajes de las Escrituras y el haber escudriñado numerosos libros acerca de la vida de Cristo. ¿Te lo puedes imaginar? Fue una grandiosa bendición, y un desafío que me ha convencido.
No sé que te parece hasta ahora, pero por lo menos a mí en cuanto llegué a este punto, me pregunté por qué no aprovechar mi tiempo durante este próximo mes para encontrarme con Jesús, para conocerlo más y mejorar mi relación personal con Él. No te gustaría eso para tu vida?
Jesucristo aparece en cada pasaje del Nuevo Testamento como el ideal moral y espiritual del cristiano. En su pureza de vida, obediencia perfecta al Padre, su calma en el momento de la persecución, su firmeza en el sufrimiento, su entereza frente al pecado, Él constituye siempre el modelo para el cristiano que enfrenta situaciones similares.
En esta vida nos esforzamos por ser como el Salvador. Sabemos que algún día, en nuestra glorificación final nuestra alma se conformará perfectamente a su imagen. Y por esta razón, es que debemos conocerlo más y acercarnos más a Él.
Hablemos ahora del recorrido que vamos a comenzar a lo largo de 30 cualidades increíbles de carácter de nuestro Salvador. Como todo viaje, tienes un destino: la semejanza de Cristo. Y tú tienes que determinar tu propio ritmo en el viaje. Puedes disfrutar una virtud diaria o semanal, o buscar el ritmo que más se acomode a tu estilo de vida. Lo importante es comenzar y perseverar a lo largo de este tiempo.
Completar tu travesía personal hacia la semejanza de Cristo tomará toda la vida, lo importante es comenzar para poder experimentar una relación más cercana con quien cambiará por completo tu vida. Llegarás a tu destino cuando atravieses el umbral del cielo y te encuentres cara a cara con Jesús.
Es mi oración que estos días y a lo largo de cada día del camino que vas a emprender te ayuden a avanzar en tu búsqueda de un carácter como el del Maestro, para llegar a ser Una mujer conforme al corazón de Jesús.