En general, Dios diseñó a los hombres con cuerpo más grande y mayor masa muscular; pero, desde luego, no dejó indefensas a las mujeres. La mayoría de las mujeres, además de su belleza, están equipadas con una lengua que puede cortar como un estilete. Ese afilado cuchillo oral, unido a un corazón triste y a los cambios de humor, le puede causar gran daño a cualquier relación.
“Mejor es vivir en tierra desierta que con la mujer pendenciera e irascible” Escribió Salomón (Proverbios 21:19).
“Gotera continua [son] las contiendas de la mujer” (Proverbios 19:13).
Memorando para las esposas: tengan cuidado con su lengua.
Tampoco se lo debe regañar; no puedes hacer que tu esposo o pareja cambie, sólo él puede cambiarse, y si le haces sentir vergüenza, conseguirás que se aleje y que se resista por rencor que hay en su corazón. Si siempre lo haces sentir humillado, él logrará que olvides tus esperanzas. Exáltalo, y de él saldrán las más lindas y dulces alabanzas para ti. Así como Cristo te ha tratado mejor de lo que mereces, suaviza esa lengua y habla con tu esposo de la mejor manera, aunque no lo merezca.
Más vale habitar en el desierto que con mujer pendenciera y de mal genio.
Proverbios 21:19 NVI
El hijo necio es la ruina del padre; la mujer pendenciera es gotera constante.
Proverbios 19:13 NVI