Hay una pequeña frase en la Biblia que me entusiasma cada vez que la encuentro. Se trata tan sólo de dos pequeñas palabras, y se encuentran a lo largo de toda la Biblia. Es más, probablemente es una de las frases de dos palabras más poderosas que hay en ella. Es simplemente esto: "Pero Dios . . ."
Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.
Ro 5:8 NVI
Si buscamos en la Biblia, podemos leer de manera constante relatos desastrosos de las cosas terribles que el diablo ha planeado para el pueblo de Dios. Y de repente, nos encontramos con a esta pequeña frase: Pero Dios . . . y seguido de esto, la próxima cosa que leemos, es la continuación del relato donde Dios se hizo presente y hay una victoria. En el versículo de Romanos 5:8, se menciona el hecho de que todos somos pecadores, una condición en la que sin dudas, hay un merecido castigo seguido de muerte. La frase Pero Dios . . . interrumpe el proceso. El amor de Dios entra en la situación y lo cambia todo.
Mientras que éramos pecadores, Cristo murió por nosotros, y al hacer esto, demostró Su amor por nosotros. Él probó que Su amor interrumpe la devastación de nuestra vida a causa del pecado.
Cuando Dios me llamó al ministerio, la gente me decía: "Joyce, en el grupo hemos estado hablando y sentimos que no hay manera en la que alguna vez seas capaz de hacer lo que dices, es imposible que Dios te ha dicho eso. No sentimos que tu personalidad sea la adecuada para este tipo de trabajo." Aún hoy, después de largos años recuerdo lo mal que me sentí cuando me dijeron esas cosas.
Estaba lastimada y desmotivada... pero Dios me había llamado, y me había capacitado. Dios vio valor en lo que otros pensaban que no era ni siquiera utilizable. Él me ayudó y hará lo mismo en tu vida, si así lo permites.
Del libro "New Day, New You" de Joyce Meyer. Derechos de autor 2007 por Joyce Meyer. Publicado por FaithWords. Todos los derechos reservados.