Dios desea que podamos obedecerlo en cada pequeña situación, y que podamos disfrutar de una vida excelente.
Seamos diligentes en buscar la obediencia. Es necesario que aprendamos a vivir la vida ante Dios y no ante los humanos. En esto me refiero, a que muchas veces podemos caer en el error de hacer las cosas para "quedar bien" con cierta persona. Por ejemplo, esto puede suceder frecuentemente en un trabajo; si están mirando alguno de los superiores o jefes es momento de "quedar bien ante ellos, que vean que trabajo diligentemente", pero cuando no hay nadie "puedo relajarme y descansar". Como cristianos, Dios pretende que podamos trabajar como si Él fuera nuestro jefe. De hecho, este debería ser nuestro pensamiento, ya que por su gracia tenemos el trabajo que tenemos, por eso debemos estar agradecidos y dar testimonio con nuestro ejemplo, aún cuando parezca que nadie está mirando.
Cuando me comparo con los demás, no parezco tan malo. Pero si me comparo con Jesús mismo, ¡humildemente pido a Dios que me ayude! Necesitamos día a día compararnos con Jesús y con el estándar de santidad que Él mantiene para nuestras vidas.
"para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios."
Col 1:10 NVI
Del libro "New Dar, New You" de Joyce Meyer.