Hay un versículo de Romanos que me llena de paz. Se trata de Romanos 8:26 ("Del mismo modo, y puesto que nuestra confianza en Dios es débil, el Espíritu Santo nos ayuda. Porque no sabemos cómo debemos orar a Dios, pero el Espíritu mismo ruega por nosotros, y lo hace de modo tan especial que no hay palabras para expresarlo.") En dicha cita, Pablo nos enseña que a pesar de nuestras limitaciones y debilidades en la manera de comunicarnos con Dios, el Espíritu Santo es quien intercede por nosotros.
Creo que una de las razones por la que algunas veces nos sentimos insatisfechos con la oración o sentimos que no hemos "terminado" de orar por un asunto es que pasamos todo o mucho tiempo orando sólo nuestras oraciones. Sin embargo, hay una mejor manera de orar, superior y más efectiva: orar las oraciones de Dios. Para ser honesta, si estoy orando mi oración, pidiendo mis peticiones, puedo orar por algo específico por quince minutos y aún sentir que no he terminado; pero si estoy siendo guiada por el Espíritu Santo y oro la oración de Dios, puedo orar dos frases y sentirme completamente satisfecha.
Pídele a Dios que te enseñe cómo orar Sus oraciones en lugar de las tuyas y disfrutarás mucho más de la oración.
Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra! Isaías 55:9
Del libro "Hearing from God Each Morning" de Joyce Meyer.