En general, al comenzar un proyecto nos encontramos entusiasmados y llenos de energía. A medida que se presentan dificulatades o con el correr de los días el cansancio comienza a hacerse evidente, y a pesar de nuestros esfuerzos llega un momento en el que no podemos sostenerlo más. Después de esto pueden pasar dos cosas, que abandonemos frustrados por no poder continuar, o que agobiados continuemos con el proyecto quejándonos cada día. Cuánto más nos sucede esto en cuanto a nuestro servicio exclusivo a Dios.
Agotado. Cansado. Desanimado. Éstas eran algunas de las palabras que compartió un amigo mío mientras me describía su situación. Sabía que el amaba a Dios profundamente. Se había convertido en cristiano dos años atrás, y estaba cautivado por el llamado de Jesús y el discipulado. Él serviría sin fin, siempre disponible para cualquiera que lo necesitara. Pronto se encontró en una posición de liderazgo trabajando para la iglesia. Sinceramente, el deseó vivir una vida "digna del Señor". dentro de un año, no obstante, se quemó y luchó con sentimientos de amargura.
El verso en esta obra de arte es parte de la oración de Pablo por los Colosenses. Para vivir esta oración, debemos mirar el infinito valor de Dios para nuestra ayuda y satisfacción. Es sólo a través de Él y por fe en Él que siempre podemos esperar "caminar como digno de Dios". Esto es lo que mi amigo se dio cuenta durante esa temporada de agotamiento. No se trataba de obtener la aprobación de Dios. Se trataba de caminar de una manera que demuestra cuán digno, capaz y fuerte es el Señor.
Hace unos años atrás. Mi amigo regresó a su tierra natal para compartir el evangelio, un país a menudo en las noticias debido a su persecución a los cristianos y sus atentados terroristas. Sin embargo, regresó con fe y gozo en su corazón. Él cree que lo mejor está por venir. Su deseo de vivir una vida digna de Dios ya no es algo que lo seca espiritualmente. Todo lo contrario, ahora es una gran fuente de fruto en su vida. Su motivación está ahora arraigada en el suelo vivificante de la gracia de Dios, y eso cambia todo.
(Porción de devocional por @Godsfingerprints.)
