Novios 2.0

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1: Amor a primera vista

¿Amor a primera vista? En Génesis, cuando Dios trajo la mujer al hombre, Adán aparentemente reaccionó con amor instantáneo: "...Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne." (Gen 2:23). En realidad, su reacción no fue un impulso sino una conclusión. Antes de toparse con Eva, Dios lo hizo familiarizarse y nombrar a toda bestia de la creación, no para abrir su propio zoológico sino para demostrarle que solo la mujer estaba capacitada para ser "ayuda idónea".

Como creyente, el amor a primera vista no puede ser el interruptor que encienda tu relación. El amor verdadero no es comida instantánea, se cocina a fuego lento. A medida que conoces a tu pareja descubrirás si es la ayuda idónea reservada para ti y tu amor crecerá al compás de ese descubrimiento.

Luego Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.» Entonces Dios el Señor formó de la tierra toda ave del cielo y todo animal del campo, y se los llevó al hombre para ver qué nombre les pondría. El hombre les puso nombre a todos los seres vivos, y con ese nombre se les conoce. Así el hombre fue poniéndoles nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo. Sin embargo, no se encontró entre ellos la ayuda adecuada para el hombre.  Entonces Dios el Señor hizo que el hombre cayera en un sueño profundo y, mientras éste dormía, le sacó una costilla y le cerró la herida. De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el Señor hizo una mujer y se la presentó al hombre, el cual exclamó: «Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Se llamará “mujer” porque del hombre fue sacada.»  Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser.
Génesis 2:18‭-‬24




2: Ante todo, tu hermana en Cristo

Robert Trail un pastor preso por el evangelio en la época de los Puritanos, en su última carta a su esposa, se despide de ella con la firma: "Tu esposo por un tiempo, tu hermano por toda la eternidad". ¡Qué gran lección! La pareja con la que estás saliendo será tu novia por una temporada, tu esposa por una vida, pero tu hermana por toda una eternidad.

Con esta perspectiva debes tratarla, como hermana: con toda pureza. Ella es hija del rey de los cielos y durante tu noviazgo debes proteger su castidad como si el rey mismo fuera el "chaperón". Asimismo, a la mujer lectora, cae sobre ti la responsabilidad de esperar dicho trato de cualquier varón que afirme amarte. Si él no se comporta así, tu eres la responsable de trazar el ¨hasta aquí¨.
No reprendas con dureza al anciano, sino aconséjalo como si fuera tu padre. Trata a los jóvenes como a hermanos;
1 Timoteo 5:1 NVI

 3: La verdadera medida del amor

El amor no es un sentimiento sino un compromiso de amar como Cristo amó. La medida de este amor no son los sentimientos sino la cruz. Es un amor que no comienza por "lo que sientes", sino por "lo que debes hacer". Es el amor que no busca lo suyo sino lo del otro, lo de Dios, lo que Dios quiere para tu pareja a través tuyo.

El día de hoy proponte controlar tus sentimientos y llenarte de la gracia de Dios para dar edificación a tu pareja, en vez de arrebatar satisfacción.

Si hablo en lenguas  humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso.  El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.  El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido.  Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.
1 Corintios 13:1‭-‬13

(Porción de plan de lectura de logos.com, por Tony Segar)

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