Efesios 5:31-32 «Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona.»
Dios siempre nos va a hablar de una manera en que lo podamos comprender y entender. A través de este pasaje nos muestra cuán grande es su designio, y lo refiero a Cristo y a la iglesia.En Efesios 5, Pablo llama nuestra atención sobre el hecho de que Jesús nunca hizo uso de su poder para opresión, sino que se sacrificó hasta lo último para que podamos llegar a alcanzar la unión con él. Eso es algo que nos lleva más allá del ámbito filosófico, para situarnos de pleno en el terreno de lo práctico y lo personal. Si en los planes de Dios, el evangelio hubiera sido únicamente para salvación en Jesús, el matrimonio exclusivamente “funcionaría” en la medida en que nos aproximara al modelo del amor en la entrega de Dios en Cristo. Pero lo que Pablo dice no sólo da respuesta a las objeciones al matrimonio como institución opresiva y restrictiva, sino que da forma y expresión a las abrumadoras demandas del matrimonio. Pero hay tanto que hacer, que no sabemos siquiera por dónde empezar. Y es justamente ahí cuando Pablo nos dice: “empezad por lo básico pero fundamental, amando a vuestra esposa como Dios nos ha amado en Jesús, y todo lo demás vendrá por añadidura”.
Esta es la verdadero revelación, que el evangelio de Jesús y la institución del matrimonio están mutuamente relacionados. Al crear Dios a la pareja, ya tenía en mente la obra salvadora de Cristo.
"La fuerza para el matrimonio" - Efesios 5:21 "Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo."
Al tener que hacer frente a cualquier problema dentro del matrimonio, lo primero que se ha de buscar es si hay en su base un fondo de egocentrismo y una falta de voluntad de servir a la pareja. El vocablo “someterse”, que Pablo utiliza al respecto, es de origen militar, y en el original griego connota la sumisión en obediencia del soldado ante un oficial. ¿Qué le impulsa a hacerlo así? Pues el hecho cierto de que cuando se entra a formar parte del sistema militar, se somete uno por propia voluntad a un orden que marca por igual pautas de trabajo y de descanso, y cuándo y por qué se hacen las cosas. Para formar parte de un todo, hay que estar dispuesto a renunciar a una parte de nuestra independencia y a tomar decisiones unilateralmente. Pablo dice que esta buena disposición a no imponer los derechos que nos asistan por el bien común no es algo instintivo que nos salga de forma natural. De hecho, es justamente lo opuesto a lo natural. Pero ese es el fundamento sobre el que se edifica el matrimonio que resiste.
A primera vista, puede parecer opresivo. Pero así es como puede darse un buen funcionamiento en el matrimonio. Hay quien sostiene que de esta forma es como todo podría funcionar debidamente. Tenemos que estar dispuestos a ceder de nuestro gusto y derecho para poder, en última instancia, recuperarlo. La genuina satisfacción personal no se logra si no se está primeramente dispuesto a rendir un servicio desinteresado. Lo que más anhelamos es lo que más paciencia y tiempo nos va a costar.
Lo importante es ser consciente del ansia de dominio del yo. Nuestro yo natural quiere dominarnos y es tarea y responsabilidad nuestra hacer algo al respecto. Dios nos pide que nos neguemos a nosotros mismos y que estemos dispuestos primero a perdernos para así poder encontrarnos. Si tratamos de hacerlo sin la ayuda del Espíritu y sin creer en la realidad de la obra de Cristo a favor nuestro, el tener que renunciar a derechos y voluntades propias será cosa ardua. Pero en Cristo y en el Espíritu, será una experiencia completamente liberadora.
Extracto de El significado del matrimonio, de Timothy y Kathy Keller
Publicaciones Andamio, 2014, Timothy Keller.