Celebremos la Pascua

Leemos un poquito la Biblia y compartimos un mini resumen de lo que hace algunos años fue la más grande demostración de amor que podría existir. Sí, Jesús dio su vida porque te amó aún antes de que estés en la tierra, porque te sigue amando y acompañando en tu diario caminar.


Éstos días recordamos que después de la "entrada triunfal" de Jesús, comienzan sus últimos días como hombre en la tierra.

JUEVES SANTO

Este día marca el comienzo de los “tres días”. Al inicio del día, Jesús dio instrucciones a los discípulos sobre cómo prepararse para la comida más sagrada, que será su última cena. A lo largo del día hicieron los preparativos (Mt 26.17)

A través del ejemplo de lavar los pies (Jn 13.1) a los 12 discípulos, nos unimos en servicio unos a otros. Jesús enseña que el más pequeño, será el mayor en el reino de Dios.

Tras la Última Cena los apóstoles y Jesús hicieron un corto viaje a lo largo del Valle de Cedrón al jardín donde les pidió orar y experimenta su agonía (Mt 26.30)

Fue cerca de la medianoche cuando Jesús fue traicionado por Judas, arrestado y llevado a la casa del Sumo Sacerdote (Mt 26.47)

VIERNES SANTO

Jesús pasó toda la noche en la prisión de la casa del Sumo Sacerdote. En la mañana temprano fue llevado frente a Pilato quien lo mandó con Herodes. Herodes lo mandó de regreso a Pilato quien, en algún momento de la mañana, se sometió ante la presión del líder del Templo y la multitud, y condenó a Jesús a la horrible muerte en la cruz.

“Eran las nueve de la mañana cuando lo crucificaron... Con él crucificaron a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda”. —Marcos 15:25, 27 (NVI)

El Viernes Santo es el día en que recordamos cómo Jesús —el perfecto Hijo de Dios— tomó sobre Sus hombros los pecados del mundo, fue arrestado, juzgado injustamente, condenado falsamente, golpeado, burlado, crucificado y asesinado. El día en que el que no tenía pecado murió por los pecadores.

Al final de la mañana, Jesús fue llevado por los soldados a través de la ciudad hasta el monte Gólgota. Al mediodía fue clavado en la cruz donde estuvo colgado en agonía durante tres horas. Murió a alrededor de las tres de la tarde. Es bajado de la cruz y colocado en la tumba rápidamente antes del atardecer.

SABADO SANTO

El cuerpo de Jesús está en la tumba pero su alma está entre los muertos para anunciar el reino. “En verdad, en verdad os digo: llega la hora (ya estamos en ella), en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán” (Jn 5,25).

Mientras tanto, los discípulos, con el corazón roto por la muerte de Jesús, observaron el Sabatt judío con tristeza. Se habían olvidado de la promesa de Jesús que resucitaría. Nosotros no podemos olvidar su promesa. No podemos olvidar.

DOMINGO SANTO

Es el mejor día, Jesús resucitó!!
Así que, el domingo por la mañana, cuando te levantes de tu cama, hazlo con el conocimiento de que éste es un día de victoria y celebración, ¡porque Jesús está vivo! Y como Jesús está vivo, nosotros, también, ¡ahora estamos vivos en Él!!


Si tú nunca has aceptado a Jesús como tu Señor y Salvador, hoy puede ser ese día, Él echará fuera la oscuridad en tu alma y la llenara de paz, amor y esperanza. Lo único que tienes que hacer es creer en Él y clamar a Él (Romanos 10:13)

Nuestras vidas no son nuestras, nuestro propósito no está en nosotros y este mundo no es nuestro… ¡le pertenecemos a Jesús! No podemos ganar la salvación por nosotros mismos, ni tampoco podemos ganarnos el favor de Dios por nuestras acciones, tampoco podemos encontrar la verdad en nosotros mismos, jamás podremos alcanzar una mejor vida y no podemos vivir nuestra propia verdad y encontrar paz.

¡Jesucristo es la personificación de la Palabra y de la verdad de Dios!

Él es Dios hecho carne, Él vino a buscar y a salvar a los perdidos a mostrarnos a Dios y a ser Él, nuestro camino a Dios.

Dios mismo vino a hacer un camino para que nosotros lo conociéramos y Él a nosotros; para que nosotros lo encontráramos y que pudiéramos encontrarnos en El. Vino a revelarnos la verdad que nos libera, a que a través del Espíritu Santo conociéramos toda la verdad (Juan 16:13) y a santificarnos con Su verdad (Juan 17:17). Él es el único camino a la salvación, al cielo, y a la vida eterna, aquel lugar que todos buscamos y que desesperadamente deseamos encontrar.

¡Gracias Jesús por quién eres y por amarnos tan profundamente dándonos una vida plena aún cuando el mundo que nos rodea trate de convencernos de lo contrario!


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