Dios nos dice que si instruimos a los niños desde pequeños, aún de grandes no se van a apartar del camino. "Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán." Proverbios 22:6 (NTV)
Muchas veces es más fácil quedarse en casa, por el clima, por cansancio, por pensar que "si voy a estar corriéndolo por la iglesia, no voy a escuchar nada", o "no entiende, es muy pequeño".
Quiero contarte un testimonio. Un matrimonio que tuvo dos hijos con pocos años de diferencia, dejó de asistir a la iglesia, porque se le "complicaba". Al pasar un par años, un domingo a la mañana, decidieron pasear los cuatro. El hijo mayor, de unos 4 años de edad, escuchó las campanas que tocaba un cura frente a una iglesia católica y le dijo a su madre: "mamá, hoy también está abierta la escuela?"...
En mi caso particular, mis padres conocieron al Señor casi al mismo tiempo en que nací. Desde ese momento, ellos hicieron el esfuerzo cada día, para que mis hermanos y yo fuéramos siempre a la iglesia. A lo largo de mi vida, hubo momentos buenos y momentos difíciles, pero a pesar de todo, ellos nos enseñaron a permanecer fieles a Cristo.
Tal vez no te des cuenta, pero aunque los pequeñitos no entiendan todo se van familiarizando con la iglesia, van aprendiendo y creciendo en la vida cristiana de a poco a medida que también crecen en estatura.
Si tus hijos pueden crecer en un ambiente cristiano, va a ser más fácil que tengan amigos con los que puedan compartir su fe, amigos que los aconsejen con la verdad de la Palabra de Cristo, amigos que los animen cuando vengan los tiempos de prueba. Y cuando llegue el momento en que deban elegir por sí mismos, elijan a Jesús.